¿Qué es el duelo gestacional?

Las emociones derivadas de la muerte de un hijo en el seno materno, o poco después de nacer, reciben el nombre de duelo gestacional o perinatal *1. Es, sin duda, uno de los fenómenos de estrés emocional más intensos a los que puede enfrentarse una persona.

En muchos aspectos, el duelo perinatal se asemeja a cualquier otro tipo de duelo; se podría definir como el conjunto de cambios psicológicos y psicosociales, fundamentalmente emocionales, por los que se elabora internamente una pérdida*2. Atraviesa diferentes estados, que se suceden o se solapan: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Sin embargo, el tipo de duelo que se origina cuando ha habido una pérdida perinatal presenta unas connotaciones especiales, ya que no solo se ha disipado el bebé que se esperaba, sino también la imagen del hijo proyectado, la composición familiar imaginada y el sueño de una creación. Para los padres, se trata de múltiples pérdidas. *3

Muchas veces a este dolor se suma el sentimiento de culpa de la madre, que se cuestiona qué ha hecho mal al creer que no ha sido capaz de gestar a su bebé.

*1. Según la OMS la muerte “perinatal” sería aquella que se produce entre la semana 22 de gestación y los primeros 7 días de vida después del nacimiento. Así, el término “gestacional” se referiría más concretamente a la muerte acaecida durante el periodo de gestación, por lo que no estarían incluidas las muertes postnatales.

*2 El duelo es un conjunto de emociones, representaciones mentales y conductas vinculadas con la pérdida afectiva, frustración o dolor. (Tizón, 2004).

 *3 López e Iriondo, 2018

Un duelo desautorizado

Tradicionalmente, la sociedad no ha sido capaz de reconocer el dolor que causa una pérdida perinatal. Por ello, se ha convertido en duelo “desautorizado”, que ha obligado a las familias a llorar en silencio, lo que ha dificultado su proceso de duelo.

La sociedad tiende a minimizar estas pérdidas, sobre todo en los casos de abortos espontáneos. Aunque se trata de un lance muy común -a nivel mundial, uno de cada cuatro embarazos no llega a término-, la sociedad rehúye hablar del fallecimiento perinatal. Las familias que lo padecen se sienten aisladas, evitadas, incomprendidas y poco validadas en su emoción para poder integrar el trauma. Son habituales comentarios del tipo: “la vida sigue”, “tienes otros hijos”, “eres joven”… que pretenden acelerar el dolor, pero que suelen provocar más dolor, desconcierto o indignación.

Por fortuna, el duelo perinatal cada vez es más visible socialmente y las familias que lo sufren empiezan a recibir el acompañamiento que necesitan desde diversos ámbitos.

Compartir para aceptar

Una persona que está viviendo un duelo necesita hablarlo y compartirlo para llegar a la aceptación, sobre todo en casos de muertes inesperadas, como son las gestacionales: los padres esperaban vida y llegó muerte.

Los progenitores que han perdido a su bebé experimentan dolorosas emociones: tristeza, alta emotividad, vulnerabilidad, vacío, rumiación de lo sucedido, evitación social y ambivalencia afectiva ante una nueva gestación.

Compartir el dolor de la pérdida con otras personas que han pasado por situaciones similares da a los padres la oportunidad de sentirse libres de expresar sus sentimientos y de validarlos. Desde este punto de vista, los grupos de duelo o asociaciones como Ania son el espacio ideal para conectar con sus sentimientos, compartir experiencias y darse permiso para vivir un duelo desautorizado por la sociedad; y todo ello, dentro de un marco de contención, seguridad y confianza.

Compartiendo grupalmente el dolor se llega a su aceptación.

Este apartado se ha elaborado gracias a la información facilitada por la psicóloga especializada en Duelo Gestacional – Yolanda Toledo