Sufrí un aborto hace más de 40 años, en una época en la que no se hablaba lo más mínimo de este tema, ya que era bastante tabú.
Estaba de 3 meses y tuve una pequeña pérdida. Me asusté y me acompañó una de mis mejores amigas al ginecólogo.
El médico se trató muy bien y me mostro apoyo y cariño. Volví a casa y estuve expulsando durante la noche.
Me sentí muy sola, ya que no tuve el acompañamiento de mi marido que para mí era una persona muy importante.
Valoro la iniciativa de la asociación. Está muy bien que deis voz a las personas que hemos sufrido un aborto.
Ya que cuando pones conciencia, sanas.
Es como un río: cuando el agua se estanca, se pudre. Como cuando no expresas los sentimientos. En cambio, cuando lo hablas abiertamente, el agua fluye.